domingo, 22 de febrero de 2009

Comunidades Indígenas Santiago del Estero en la incertidumbre por un Rector de Universidad que no sabe lo que firma


Las comunidades Tonokotés, Lules, Lules Vilela, Waipurú y Sanavirón, confiaron su destino a la Universidad de Santiago del Estero (UNSE) para administrar y conducir el trabajo de revelamiento de territorios indígenas en la provincia, a quien mediante la sanción de la fuerza de ley Nº 26.160 (nación Argentina) le permite acceder a un monto de 1.800 millones de pesos para trabajos de georeferenciación, administración y levantamiento de información. Los trabajos deberían haber comenzado en Diciembre de 2008 pero recién a mediados de Febrero de 2009 se dan a conocer algunos problemas administrativos que surgen por parte de la Universidad lo que provoca la indignación de los pueblos originarios.
El convenio celebrado entre la ministra de Desarrollo de la Nación, Alicia Kirchner, y el Rector de la UNSE, Geólogo Arnaldo Tenchini, tiene como propósito, realizar una serie de actividades entre Diciembre del 2008 hasta el mismo mes del 2011 para reconocer en la provincia la existencia de pueblos indígenas y sus territorios. Pero tuvo que pasar tres meses para conocer la versión de la Universidad y entender el por qué no habían iniciado los trabajos; la dificultad surgió luego de la decisión de revisar el convenio, porque según el representante de la casa de estudios, Cesar Luis Bonelli, “el rector firmó sólo porque estaba la ministra presente y no conocía el detalle del documento que los obliga a realizar el trabajo de revelamiento”.



Los coletazos del arrepentimiento de la firma académica


Rosaura Acuña es Camachej (representante) de Pozo Mositoj ubicado en el Departamento San Martin, su conmovedor relato acusa una más de las injusticias que diariamente suceden en los campos Santiagueños. El pasado Domingo 15 de febrero de 2009, junto a su comunidad, anduvieron por más de 8 horas tras una topadora (máquina que arrasa los montes Santiagueños) para impedir que ésta arrasara con los árboles del monte; - “defendemos los arbolitos que nos dan la comida” - dice Rosaura. La comunidad logró que una de las tantas acciones judiciales les favoreciera y de este modo se detuvo la acción de la Topadora, pero rápidamente el “dicho dueño” José Luis Melem, un salido de la nada y oriundo de Tucumán, consiguió otra orden judicial, contrató guardaespaldas armados y más la intervención de las fuerzas policiales de la zona, se dirigió al lugar y violentamente echó a andar la máquina amenazando la integridad de las familias apostadas entre ellas Eliana Gómez , una joven madre embarazada a punto de parir, que casi fue embestida por la topadora.
La impotencia del caso deja un nudo en la garganta que se mezcla con las lágrimas de los ojos de Rosaura al hacer su relato “¿cuándo yo fui a molestar a ese hombre para que viniera con la policía? además anda lleno de guardaespaldas, yo para andar por mi comunidad no necesito guardaespaldas ni tengo miedo de nadie, si él fuera de aquí tampoco se debiera sentir amenazado; yo soy dueña de la tierra porque mis antepasados la dejaron ahí, tenemos familia en los cementerios de la comunidad pero no nos respetan y cada vez avanza más el desmonte mientras ustedes discuten como van a sacar la plata del convenio” expresó.
La audiencia enmudeció en cada relato de Rosaura que, con voz frágil, les hacía ver la comodidad del entorno de la reunión y que aún así no hallaban soluciones concretas al problema que ella y los demás comuneros presentes viven a diario en sus territorios; “nosotros no tenemos aire acondicionado en la siesta, no cerramos las puertas de nuestras viviendas con portones eléctricos ni automáticos. Para exigir justicia tengo que caminar 4 a 5 Kilómetros, ahí recién debo encontrar a alguien que me lleve a un paradero y pueda esperar locomoción, ¡hasta eso se nos hace difícil! Mientras el forastero tiene todo a su favor para defenderse y hacerse dueño de un lugar donde nunca ha vivido, hasta ahora mis esperanzas estaban puestas en el trabajo que generaría este convenio, pero así como va la discusión, la universidad diciendo que faltan otras firmas, mis motivos para creer se desvanecen y me entristece por mi comunidad. De nuevo volveré y no tendré qué decirles a mi gente” concluye.

El rector de la UNSE se arrepiente como Judas



El convenio al que hace mención Rosaura Acuña y los representantes de las comunidades reunidos el pasado jueves 19 de febrero de 2009 en dependencias del Ministerio Provincial de Desarrollo Social de Santiago del Estero, se genera a partir de la sanción de la ley 26.160. Los delegados venidos de distintos puntos de la provincia, después de días de viaje, llegaron a la capital con la esperanza de encontrarse con los avances de los trabajos, pero la sorpresa fue cuando el Director del Instituto de Estudios Ambientales y Desarrollo Rural de la Llanura Chaqueña y encargado del programa César Luis Bonelli les señaló “tenemos que cumplir con un tramite administrativo, por eso no hemos dado inicio a los trabajos”. Pero el argumento posterior calentó los ánimos en el auditorio cuando continuó diciendo “el rector piensa que se debe revisar el convenio nuevamente y aprobarlo por el consejo académico. Respecto a la firma, el rector sólo lo firmó porque estaba en presencia de la ministra” sentenció Bonelli.
A Raíz de los hechos tanto Camachej, Tinkinas, Abogados, antropólogos, representantes del Gobiernos provincial y del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (I.N.A.I.) se turbaron ante la situación y el abogado defensor de los derechos humanos, Antenor Ferreira expresó “¿quién firma un convenio sin revisar su contenido?, si me dicen que el rector se arrepintió, es lo mismo que me digan que es un pelotudo que no sabe lo que firma” acotó. En tanto Cesar Hugo Ricarte, Director de Catastro del Gobierno de Santiago del Estero advirtió “creo que estamos ante un acto de irresponsabilidad, ¿qué me queda a mi con esto que me están diciendo?, y creo que hay que ponerle atención, estamos hablando de 1.800 millones de pesos y se viene un año de crisis, no vaya a ser que esa plata se diluya en la sequedad económica que se avecina” puntualizó.
Mientras tanto el desmonte, la deforestación, la apropiación de terrenos por parte de particulares, los equivocados procedimientos de los tribunales y la confianza entregada a la Universidad se diluye entre la irresponsabilidad de rector que, si no sabe lo que firma, ¿qué elementos de fe puede dar ante una situación en particular y la comunidad en general para dirigir con éxito una institución que forma especialistas que se sumen al desarrollo de la comunidad con recursos de todos los ciudadanos de la nación?.

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